Rusia aprovecha plazo de Trump para presionar a Ucrania, pero avances rápidos parecen improbables
El presidente estadounidense Donald Trump impuso a Rusia un plazo de 50 días para aceptar un acuerdo de paz en Ucrania, bajo la amenaza de severas sanciones a sus exportaciones energéticas. Esta medida ha brindado al Kremlin un tiempo adicional para avanzar en su ofensiva veraniega, aunque las esperanzas de lograr ganancias territoriales rápidas son limitadas debido a la tenaz resistencia ucraniana.
El mandatario ruso Vladimir Putin ha reiterado que cualquier acuerdo debe incluir la retirada de Ucrania de las cuatro regiones anexadas ilegalmente por Rusia en septiembre de 2022, además del rechazo ucraniano a su ingreso en la OTAN y reducción de sus fuerzas armadas, condiciones rechazadas por Kiev y sus aliados occidentales. La escasez crónica de personal y municiones obliga a las tropas ucranianas a mantener posiciones defensivas en lugar de contraatacar.
A pesar del renovado empuje ruso y los intensos ataques aéreos sobre Kiev y otras ciudades, analistas y autoridades ucranianas consideran improbable que Moscú logre avances territoriales decisivos en 50 días que obliguen a Ucrania a ceder ante las demandas rusas. En el este, las fuerzas rusas han capturado territorio progresivamente, acercándose a ciudades clave como Pokrovsk y Kostyantynivka, con la intención de controlar toda la región de Donetsk y avanzar hacia Dnipropetrovsk, lo que podría afectar la moral ucraniana y fortalecer la posición negociadora rusa.
En otras zonas anexadas como Jersón y Zaporiyia, el control ruso es parcial y los intentos por dominar completamente estas regiones enfrentan dificultades logísticas y estratégicas. Asimismo, las acciones rusas en Sumy y Járkov no han logrado progresos significativos debido a la fuerte resistencia ucraniana. Algunos expertos sugieren que Rusia podría usar estas zonas como moneda de cambio en futuras negociaciones territoriales.
Ucrania se apoya en tecnología como drones para contrarrestar los avances rusos lentos pero constantes, mientras que Moscú adopta una estrategia de desgaste mediante ataques prolongados y presión aérea sobre infraestructuras clave. El retraso en el suministro estadounidense de armamento genera frustración entre las tropas ucranianas, aunque se espera que Europa pueda cubrir gran parte de sus necesidades bélicas a corto plazo con apoyo logístico y compras coordinadas con Estados Unidos.