Propuesta de límite de dos años en ayudas de vivienda federal podría dejar sin hogar a 1,4 millones de familias vulnerables en EE.UU.
En medio de una crisis nacional por la falta de viviendas asequibles, la administración Trump impulsa un cambio significativo en las políticas del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) que podría limitar a dos años el acceso a programas clave de asistencia para alquileres. Esta medida afectaría a cerca de 1,4 millones de hogares, principalmente familias con niños que dependen de estos subsidios para mantener una vivienda estable.
Expertos del Laboratorio de Soluciones Habitacionales de la Universidad de Nueva York analizaron datos oficiales y concluyeron que la imposición de límites temporales podría provocar desalojos masivos y desarraigo social, ya que muchos beneficiarios no logran alcanzar la autosuficiencia económica en ese plazo. Además, señalaron que esta política se ha probado en pocas jurisdicciones con resultados limitados y generalmente terminó siendo abandonada por su complejidad y efectos negativos.
Por su parte, funcionarios del HUD defienden la iniciativa argumentando que los subsidios prolongados desincentivan la búsqueda activa de empleo entre personas aptas para trabajar. Sin embargo, críticos, organizaciones sociales y beneficiarios como Havalah Hopkins, madre soltera que vive con su hijo autista en una vivienda subsidiada en Washington, alertan sobre el impacto devastador que tendría esta restricción en quienes ya enfrentan dificultades económicas significativas.
La propuesta también genera incertidumbre entre propietarios privados que colaboran con HUD para ofrecer viviendas subsidiadas, pues temen una mayor rotación y pérdida de ingresos estables si los contratos se ven afectados por los nuevos límites. Mientras tanto, legisladores demócratas han expresado su oposición y señalan que no existen evidencias claras de ahorro fiscal con esta medida, además de advertir sobre el riesgo de agravar la crisis habitacional.