Escalada de protestas en Los Angeles tras despliegue de la Guardia Nacional por parte de Trump
Las protestas en Los Angeles alcanzaron un nivel de tensión sin precedentes este domingo, en respuesta a la decisión del presidente Donald Trump de desplegar cientos de efectivos de la Guardia Nacional en la ciudad. La medida, que incluyó el cierre de varias calles principales y la quema de vehículos autónomos, desató una serie de enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden. La policía utilizó gases lacrimógenos, balas de goma y explosivos para dispersar a los congregados, mientras algunos protestantes arrojaban objetos y materiales peligrosos hacia los agentes.
El despliegue militar fue motivado por la intención de proteger instalaciones federales, como un centro de detención en el centro de Los Angeles, ante una multitud que exigía el fin de las políticas migratorias del gobierno. La tensión aumentó cuando las autoridades arrestaron a varios individuos, incluido uno que fue acusado de lanzar un cóctel molotov. La respuesta del presidente Trump fue a través de redes sociales, donde instó a las autoridades a detener a los manifestantes encapuchados y expresó su apoyo a la presencia militar en la ciudad.
El gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa Karen Bass criticaron duramente la decisión del gobierno federal, calificándola como una acción que busca avivar los conflictos en medio de una crisis social. Ambos líderes solicitaron la retirada inmediata de los efectivos militares, señalando que la situación estaba bajo control y que no era necesaria una intervención tan agresiva. La movilización también generó debate sobre la legalidad del despliegue sin autorización previa del gobernador y sobre el impacto político del uso de las fuerzas federales en un contexto de protestas por derechos civiles y políticas migratorias.
Las manifestaciones comenzaron el viernes pasado y se han extendido por varias localidades del área metropolitana, incluyendo Paramount y Compton. Aunque no alcanzaron la magnitud de eventos históricos como los disturbios de Watts o las protestas por violencia policial en 2020, evidencian una creciente polarización social y política. La presencia militar en Los Angeles marca un punto crítico en la respuesta gubernamental a las movilizaciones sociales relacionadas con inmigración y derechos civiles.