Conferencia de la ONU en Francia busca transformar promesas en acciones concretas para la protección del océano
La tercera edición de la Conferencia de la ONU sobre los Océanos inició en Niza, Francia, con un llamado urgente a convertir las promesas en acciones tangibles para salvaguardar los ecosistemas marinos. El presidente francés Emmanuel Macron destacó la importancia de avanzar desde las palabras hacia las medidas concretas, resaltando que la lucha por el océano es central en temas de biodiversidad, clima y salud ambiental.
Actualmente, solo el 2.7% del océano cuenta con protección efectiva contra actividades extractivas dañinas, una cifra muy por debajo del objetivo global de conservar el 30% del territorio y los mares para 2030. Uno de los temas principales en agenda es la ratificación del Tratado de Altas Marinas, aprobado en 2023, que permitiría establecer áreas protegidas en aguas internacionales, las cuales representan casi dos tercios del total oceánico. Sin embargo, solo 32 países han ratificado el acuerdo hasta ahora, y se necesita que al menos 60 lo hagan para que entre en vigor.
Expertos y organizaciones como el Fondo Mundial para la Naturaleza advierten que sin una protección efectiva del 100% del océano, especialmente en las zonas más allá de las jurisdicciones nacionales, será imposible cumplir con los compromisos globales. A pesar de las declaraciones oficiales y algunos avances, como las áreas protegidas en Francia, muchas regiones aún enfrentan prácticas destructivas como la pesca con arrastre de fondo, que continúa operando en zonas designadas como reservas marinas. La resistencia de intereses industriales pesqueros y la falta de regulación efectiva dificultan estos esfuerzos.
El evento también abordará temas como financiamiento azul, pesca sostenible y contaminación plástica. La conferencia culminará con la adopción del Plan de Acción del Océano de Niza, un documento que recopilará compromisos voluntarios para presentar en la Asamblea General de Naciones Unidas en julio. La comunidad internacional reconoce que sin un océano saludable, los objetivos climáticos globales permanecen fuera de alcance y que es imperativo actuar con urgencia.