Estados Unidos avanza en tecnología para detectar explosivos líquidos, pero muchos aeropuertos aún carecen de los nuevos escáneres
La posibilidad de que los pasajeros puedan llevar mayores cantidades de líquidos en sus equipajes de mano ha generado expectativas entre los viajeros estadounidenses. Sin embargo, más de un tercio de los aeropuertos del país todavía no dispone de la tecnología necesaria para detectar con fiabilidad explosivos líquidos, lo que dificulta una relajación inmediata de las restricciones vigentes.
Las actuales limitaciones surgieron tras un atentado frustrado en 2006 en el Reino Unido, donde se descubrió un complot para usar mezclas caseras de líquidos explosivos ocultos en botellas deportivas. Desde entonces, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) restringe el transporte de líquidos a envases no mayores a 100 mililitros para evitar riesgos similares.
La introducción de nuevos escáneres con tecnología de tomografía computarizada (CT) permite obtener imágenes tridimensionales y mejorar la identificación de sustancias peligrosas frente a productos inofensivos como geles o bebidas. Sin embargo, solo 255 de los 432 aeropuertos estadounidenses cuentan con estos equipos, y se estima que su implementación total podría extenderse hasta 2043 debido a costos y requerimientos estructurales.
Expertos en seguridad advierten que flexibilizar las normas sin una cobertura tecnológica adecuada podría generar confusión y vulnerabilidades. Mientras tanto, la TSA continúa evaluando mejoras para equilibrar la seguridad aérea con la experiencia del pasajero, como ya ocurrió recientemente con la eliminación del requisito de quitarse los zapatos en los controles.