Ucrania enfrenta desafíos en el reclutamiento de soldados con enfermedades graves
El caso de Vasyl, un joven ucraniano con un trastorno de personalidad diagnosticado desde 2015, pone en evidencia las dificultades que enfrenta el ejército de Ucrania para filtrar adecuadamente a sus reclutas. A pesar de sus problemas cognitivos y psiquiátricos, Vasyl fue declarado apto para el servicio y enviado a entrenamiento básico, situación que preocupa a sus familiares y defensores de derechos humanos.
Las autoridades militares utilizan una base de datos médica llamada Helsi para verificar antecedentes médicos, pero los diagnósticos psiquiátricos solo se registran con consentimiento del paciente, lo que dificulta la detección de condiciones que podrían descalificar a un recluta. La Orden N.º 402 del Ministerio de Defensa establece criterios para evaluar la aptitud médica, sin embargo, la falta de documentación actualizada y la complejidad para evaluar múltiples enfermedades simultáneamente generan vacíos en el proceso.
Defensores como Olha Reshetylova y el comisionado Dmytro Lubinets han recibido miles de denuncias por violaciones a los derechos durante la movilización, incluyendo casos donde personas con enfermedades graves han sido incorporadas al ejército. Aunque se han logrado bajas médicas tras intervenciones legales, persiste la problemática de asignar adecuadamente a soldados con limitaciones físicas o mentales dentro de las unidades.
Fuentes anónimas dentro del ejército relatan que algunos reclutas presentan condiciones como tuberculosis o problemas dentales severos, mientras otros sufren epilepsia o esquizofrenia. La falta de evaluación exhaustiva previa al entrenamiento básico puede convertirlos en un riesgo tanto para ellos mismos como para sus compañeros. Mientras el Ministerio de Defensa asegura cumplir con las normativas vigentes, expertos y defensores insisten en la necesidad de revisar y mejorar los protocolos médicos para garantizar la seguridad y efectividad del personal militar.