Acuerdo comercial entre EE.UU. y Japón genera críticas por concesiones en aranceles automotrices
La reciente negociación comercial entre Estados Unidos y Japón, impulsada por la administración del presidente Donald Trump, ha suscitado controversias dentro del sector industrial estadounidense. El acuerdo contempla una disminución de los aranceles para vehículos japoneses del 25% al 15%, así como la creación de un fondo de inversión de 550.000 millones de dólares destinado a proyectos en territorio estadounidense.
Sin embargo, fabricantes automotrices estadounidenses, representados por el American Automotive Policy Council, han manifestado su preocupación por el impacto que esta rebaja arancelaria podría tener sobre la industria local. Señalan que aproximadamente el 80% del déficit comercial con Japón proviene de vehículos y autopartes, y que la medida podría favorecer a competidores extranjeros en detrimento de las empresas nacionales.
Por su parte, la administración Trump defiende el acuerdo como un paso hacia la apertura de mercados extranjeros para productos estadounidenses y un incentivo para futuras negociaciones con otros países. Funcionarios destacan que la reducción arancelaria está condicionada a la inversión japonesa en Estados Unidos y que este modelo podría presionar a otros socios comerciales a ofrecer concesiones similares.
No obstante, expertos y representantes industriales advierten que el pacto podría debilitar herramientas tarifarias consideradas clave para proteger sectores estratégicos, además de generar incertidumbre respecto al cumplimiento efectivo del fondo de inversión prometido. También ponen en duda si la apertura real del mercado japonés beneficiará significativamente a los exportadores estadounidenses, dado el bajo interés histórico de los consumidores japoneses por vehículos fabricados en Estados Unidos.