El reto de alcanzar la meta de cero muertes laborales en Chile
En Chile, la realidad laboral muestra que cada semana fallecen trabajadores en el cumplimiento de sus funciones. Aunque las estadísticas oficiales indican una disminución en los accidentes fatales durante 2024, la persistencia de estas tragedias evidencia la necesidad de transformar la cultura de seguridad en las empresas.
Durante el año en curso, se registraron más de 143 mil accidentes laborales, con un porcentaje menor a uno por ciento considerados graves y 154 fallecimientos. La mayoría de los trabajadores que perdieron la vida tenían menos de un año en sus empleos, lo que subraya la importancia de fortalecer los procesos de inducción, supervisión y acompañamiento en los primeros meses.
Para avanzar hacia la meta de cero fatalidades, es fundamental cambiar el paradigma actual: dejar atrás los informes reactivos y centrarse en identificar las causas reales de los accidentes. Implementar sistemas preventivos activos, promover una cultura de seguridad y hacerla parte integral del liderazgo empresarial son pasos clave para reducir riesgos.
La seguridad laboral debe ser vista como una inversión social y ética, que fortalece la reputación corporativa y salva vidas. La responsabilidad recae en todos los niveles organizacionales, desde las altas direcciones hasta cada trabajador, con programas de capacitación, indicadores tempranos y sistemas de alerta efectivos.
El compromiso para alcanzar esta meta no solo es posible, sino imprescindible. La pregunta no es si se puede lograr, sino si estamos dispuestos a adoptar las acciones necesarias. Cada vida perdida es una llamada a actuar con urgencia y determinación.