Investigación revela fallas sistémicas en Boeing tras desprendimiento de panel en vuelo de 737 Max
El desprendimiento de un panel de la puerta en un Boeing 737 Max 9 de Alaska Airlines, ocurrido poco después del despegue desde Portland, Oregon, fue resultado de múltiples fallas en la fabricación y en la supervisión regulatoria, según concluyó el Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) tras una investigación de 17 meses.
El incidente generó una rápida descompresión que causó lesiones menores a ocho personas, pero gracias a la actuación efectiva de la tripulación, el avión pudo aterrizar con seguridad sin víctimas fatales entre los 177 ocupantes. El NTSB identificó que cuatro pernos esenciales para asegurar el panel fueron retirados durante una reparación en la fábrica y nunca reemplazados, lo que permitió que el panel se desplazara y finalmente se desprendiera durante el vuelo.
Además, el informe destacó deficiencias en la capacitación del personal de Boeing, presiones por acelerar procesos y una supervisión insuficiente por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA). Aunque Boeing y Spirit AeroSystems están desarrollando un diseño mejorado con sistemas adicionales para evitar futuros desprendimientos, su implementación no estaría certificada antes de 2026. El NTSB urgió a ambas entidades y al regulador a acelerar la instalación de estas mejoras en toda la flota del 737 Max.
En respuesta, tanto Boeing como la FAA han reforzado sus procedimientos y capacitaciones. Sin embargo, el NTSB enfatizó la necesidad de profundizar estos cambios para prevenir riesgos similares. También recomendó revisar las políticas sobre seguridad infantil y fortalecer las auditorías regulatorias. Este caso se suma a los antecedentes complejos del modelo 737 Max, que ha enfrentado serios desafíos tras dos accidentes mortales previos relacionados con fallos técnicos.