Irán enfrenta un futuro incierto tras el desgaste de la guerra con Israel
Después de casi dos semanas de conflicto, la ofensiva aérea israelí contra Irán ha disminuido, dejando a la teocracia iraní y a su líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, en una posición debilitada y con la necesidad urgente de reorganizarse. Los ataques han afectado gravemente a las fuerzas del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria y han dañado instalaciones clave del programa nuclear iraní, aunque el alcance exacto de estos daños sigue siendo objeto de debate.
La coalición conocida como el “Eje de Resistencia”, conformada por Irán y sus aliados en Medio Oriente, ha sufrido importantes pérdidas desde el ataque inicial de Hamas el 7 de octubre. Además, el esperado respaldo internacional por parte de potencias como China y Rusia no se materializó, mientras que los problemas internos, incluyendo una economía deteriorada por sanciones y mala gestión, continúan presionando al régimen.
En este contexto, expertos señalan que Khamenei deberá enfrentar una posible purga dentro de las filas militares para eliminar deslealtades, lo que podría complicar la planificación y la seguridad nacional. La reconstrucción del poder militar iraní será compleja pero necesaria para mantener su influencia regional. Paralelamente, el liderazgo podría reconsiderar su política nuclear, enfrentando la posibilidad de avanzar hacia un armamento atómico como medida defensiva ante las vulnerabilidades expuestas.
Por otro lado, persiste la opción de retomar negociaciones con Estados Unidos para aliviar sanciones económicas. Sin embargo, el panorama interno es preocupante: el país enfrenta apagones prolongados y una moneda en caída libre que podrían intensificar las protestas sociales. La represión a disidentes podría aumentar en este periodo crítico, mientras se define si el régimen continuará bajo un liderazgo clerical o se incline hacia un control más militarizado tras esta crisis.