Pedro Sánchez y la OTAN: una cumbre marcada por la disidencia y la tensión con Trump
En la reciente cumbre de la OTAN celebrada en La Haya, Países Bajos, la tradicional fotografía oficial capturó un momento que reflejó las diferencias políticas entre los líderes presentes. Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, apareció visiblemente separado del resto, simbolizando su postura contraria al incremento obligatorio del gasto en defensa propuesto para los miembros de la Alianza Atlántica.
Durante la reunión, los 32 países miembros acordaron incrementar el gasto militar hasta alcanzar un 5% del PIB para 2035, una medida impulsada principalmente por el presidente estadounidense Donald Trump. Sin embargo, Sánchez defendió una posición más flexible y acordó con el secretario general de la OTAN una fórmula que permita a España mantener su inversión en defensa en torno al 2,1% del PIB, argumentando que destinar un 5% afectaría gravemente las finanzas sociales del país.
Esta discrepancia provocó duras críticas por parte de Trump, quien calificó la postura española como un “problema” y anunció que negociará directamente con España para establecer un acuerdo comercial que compense lo que considera una contribución insuficiente. El mandatario estadounidense llegó incluso a amenazar con hacer que España “pague el doble” para equilibrar las cuentas dentro de la alianza.
Por otro lado, otros líderes internacionales respaldaron el aumento del gasto militar. El primer ministro canadiense Mark Carney enfatizó la necesidad de fortalecer las capacidades defensivas ante un mundo cada vez más inseguro, mientras que la primera ministra danesa Mette Frederiksen destacó el mensaje firme que este incremento envía a los adversarios de Occidente. Italia, por su parte, adoptó una posición similar a la española y subrayó la importancia de mantener la unidad dentro de la OTAN.