La primera ola de frío agrava la crisis de personas en situación de calle en Buenos Aires
En Buenos Aires, la llegada de la primera ola de frío invernal ha puesto en evidencia la difícil situación que atraviesan las personas en situación de calle. Muchos se refugian bajo puentes y soportales, buscando un poco de calor y alimento para soportar las bajas temperaturas que alcanzan los tres grados al amanecer.
En el barrio de Constitución, un centro de asistencia gubernamental recibe a decenas de personas que intentan sobrellevar las noches a la intemperie. María Sánchez, quien lleva casi una década viviendo entre hoteles económicos y calles, relata su preocupación por el frío y la dificultad que implica permanecer mucho tiempo en la vía pública. La vulnerabilidad se refleja también en episodios como el desmayo de una joven durante el desayuno, atendida por trabajadores sociales.
Un informe reciente del Ministerio Público de la Defensa junto a organizaciones como el CELS y ACIJ denuncia que el gobierno porteño mantiene un doble enfoque: por un lado, incrementa el presupuesto para paliar la emergencia social sin solucionar las causas estructurales; por otro, implementa políticas punitivas orientadas a despejar las calles. Además, activistas señalan que el consumo de drogas suele ser consecuencia y no causa del sinhogarismo.
La crisis habitacional se profundiza con el aumento desmedido de los alquileres respecto a los salarios, dejando a muchas familias sin opciones residenciales. Pese a que existen programas sociales para asistencia alimentaria y subsidios habitacionales, estos recursos no alcanzan a cubrir la creciente demanda. Así, quienes viven en la calle enfrentan no solo el frío extremo sino también condiciones precarias en los espacios destinados a su atención.