Senadores republicanos proponen reducir a la mitad el presupuesto de la Oficina de Protección Financiera al Consumidor
Senadores del Partido Republicano han presentado una propuesta para recortar aproximadamente a la mitad el financiamiento de la Oficina de Protección Financiera al Consumidor (CFPB), como parte del proyecto conocido como “Big Beautiful Bill” impulsado durante la administración del expresidente Donald Trump. Esta medida amenaza con generar cientos de despidos en esta agencia clave encargada de supervisar el sector financiero estadounidense.
La CFPB fue establecida tras la crisis financiera de 2008 con el objetivo de vigilar y sancionar prácticas abusivas en los servicios financieros. Actualmente, su presupuesto proviene de una transferencia anual desde la Reserva Federal equivalente al 12% de las ganancias del banco central. La propuesta republicana reduciría este porcentaje a un 6,5%, lo que implicaría un recorte presupuestario considerable y obligaría a la oficina a buscar financiamiento adicional a través del proceso tradicional de asignaciones congresuales, algo que los republicanos han intentado durante años.
Bajo la administración del presidente Joe Biden, la CFPB ha retomado un rol activo en la regulación, ampliando su supervisión a entidades como compañías de tarjetas de crédito, prestamistas inmediatos y firmas de tecnología financiera, logrando recuperar miles de millones de dólares para consumidores afectados. Sin embargo, durante el mandato de Trump y con funcionarios designados por él, la agencia redujo drásticamente sus actividades y dejó de imponer nuevas normativas o sanciones.
La iniciativa republicana surge luego que un intento previo para eliminar completamente el presupuesto del CFPB fuera rechazado por violar las normas del Senado. Aunque esta nueva propuesta cumple con los requisitos parlamentarios y podría aprobarse con mayoría simple, se espera una fuerte oposición por parte del bloque demócrata, que defiende la importancia de mantener una supervisión rigurosa en el sector financiero para evitar abusos similares a los ocurridos en la crisis pasada.