PUNTOUNO

Tesla experimentó una caída del 13% en sus ventas durante el segundo trimestre del año, entregando un total de 384.122 vehículos entre abril y junio, cifra que quedó ligeramente por debajo de las expectativas de los analistas. La mayoría correspondieron a los modelos Model 3 y Model Y, con una producción total de 410.244 unidades.

Este descenso se suma a un contexto complicado para la empresa, que ya había registrado una reducción significativa en sus beneficios netos durante el primer trimestre, con una caída del 71% hasta los 409 millones de dólares. Además, sus ingresos en el sector automotriz disminuyeron un 20% y las ventas un 13% en ese mismo periodo.

Analistas atribuyen esta situación a varios factores: la polémica imagen pública de Elon Musk debido a su involucramiento político en Estados Unidos y Europa, la creciente competencia en mercados clave como China, EE.UU. y Europa, y las limitaciones en la gama de vehículos de Tesla, especialmente la ausencia de un modelo accesible para un público más amplio. Musk ha optado por enfocar los recursos en el desarrollo de robotaxis y tecnologías autónomas, dejando de lado la producción masiva de vehículos económicos.

A pesar de estos desafíos, las acciones de Tesla mostraron resistencia al abrir al alza tras el reporte trimestral, impulsadas por las expectativas sobre innovaciones futuras como la conducción autónoma y el robot Optimus. Sin embargo, el reciente lanzamiento limitado del servicio de robotaxis en Austin, Texas, ha enfrentado críticas por problemas operativos que han motivado requerimientos oficiales a la compañía.

Las tensiones políticas también afectan el desempeño bursátil. Recientes enfrentamientos entre Musk y el expresidente Donald Trump han generado volatilidad en el valor de las acciones. Además, la posible eliminación del crédito fiscal para vehículos eléctricos en EE.UU., propuesta por legisladores republicanos y que podría aprobarse próximamente, amenaza con reducir significativamente los ingresos anuales de Tesla.