Miles de voces se unen en Estonia para celebrar su cultura en el tradicional Festival de Coros
En Tallinn, capital de Estonia, la lluvia no fue impedimento para que más de 21.000 cantantes se reunieran en el histórico Festival de Canto y Danza, un evento que congrega a miles de participantes y espectadores vestidos con trajes tradicionales. Esta celebración, que tiene lugar aproximadamente cada cinco años, es un símbolo cultural que remonta al siglo XIX y ha sido clave en momentos históricos como la resistencia contra la ocupación soviética.
El festival, reconocido por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, incluye una serie de conciertos y danzas folclóricas que culminan con un concierto principal de siete horas donde coros de todas las edades interpretan canciones patrióticas y tradicionales. La edición actual destacó por una alta demanda de entradas, atribuida al deseo colectivo de unidad en tiempos marcados por conflictos internacionales como la guerra en Ucrania.
Este evento no solo representa una expresión artística sino también un acto histórico y político: durante la ocupación soviética, cantar en estonio fue una forma de resistencia pacífica que fortaleció el sentido nacional. La tradición continúa siendo un pilar fundamental para la identidad estonia, reuniendo a personas desde niños hasta adultos mayores, incluso a quienes viven en el extranjero y regresan para participar.
El festival enfatizó este año la diversidad dialectal y regional con un repertorio que combina canciones folclóricas clásicas con piezas nuevas creadas especialmente para la ocasión. La jornada cierra con una emotiva interpretación del himno patriótico “Mi patria es mi amor”, símbolo recurrente de unidad y esperanza para los estonios.