OpenAI fortalece su seguridad ante riesgos de espionaje tecnológico
OpenAI ha intensificado significativamente sus protocolos de seguridad para resguardar su propiedad intelectual ante posibles intentos de espionaje corporativo, especialmente tras acusaciones contra una firma china rival. La compañía, valorada en 300 mil millones de dólares y con sede en San Francisco, ha adoptado medidas más rigurosas en el manejo de información sensible y en la evaluación del personal.
Estas acciones se aceleraron luego del lanzamiento por parte de la empresa china DeepSeek de un modelo competitivo, que OpenAI acusa de haber obtenido mediante técnicas indebidas. En respuesta, la startup ha limitado el acceso a sus algoritmos y nuevos productos mediante políticas internas estrictas, incluyendo el aislamiento de información y controles biométricos como escaneo de huellas dactilares para ingresar a ciertas áreas.
Además, OpenAI ha reforzado la seguridad física en sus centros de datos y adoptado una política restrictiva que previene conexiones no autorizadas a internet para proteger los parámetros clave de sus modelos. La compañía también ha incorporado expertos con experiencia militar y en ciberseguridad, como Dane Stuckey, exjefe de seguridad en Palantir, y cuenta con la asesoría del general retirado Paul Nakasone en su directorio.
Estas medidas forman parte de una estrategia más amplia en el contexto global donde Estados Unidos y China compiten por liderazgo tecnológico. OpenAI enfatiza que estas mejoras responden a su compromiso con la seguridad y privacidad, sin que hayan sido provocadas por incidentes específicos.