El papel clave de la caja negra en la investigación de accidentes aéreos
Un informe preliminar sobre el accidente del vuelo de Air India ocurrido en junio sugiere que los interruptores de control de combustible estuvieron apagados, lo que provocó una falta de suministro y una pérdida de empuje en los motores poco después del despegue. Esta información fue obtenida gracias a los datos registrados en las cajas negras del Boeing 787-8 Dreamliner, que se estrelló en Ahmedabad causando la muerte de al menos 260 personas.
Las cajas negras, compuestas por el registrador de voz en cabina y el registrador de datos de vuelo, son fundamentales para reconstruir los eventos previos a un siniestro aéreo. Estas unidades, ubicadas generalmente en la cola del avión y pintadas de naranja para facilitar su localización, almacenan desde conversaciones entre pilotos hasta parámetros técnicos como altitud, velocidad y posición de los controles.
El registrador de voz capta sonidos relevantes como las voces en cabina, ruidos del motor y alertas, mientras que el registrador de datos monitorea múltiples variables técnicas que permiten a los investigadores crear reconstrucciones detalladas del vuelo. La creación de estos dispositivos se atribuye a François Hussenot y David Warren, quienes desarrollaron tecnologías pioneras para grabar información vital durante el vuelo y facilitar así las investigaciones posteriores a accidentes.
A pesar de su nombre popular como “caja negra”, estas grabadoras son naranjas para facilitar su identificación tras un accidente. Su importancia radica en ofrecer evidencia objetiva que ayuda a esclarecer las causas detrás de tragedias aéreas y mejorar la seguridad en la aviación civil a nivel global.