China intensifica su despliegue militar en el Pacífico, desafiando la influencia de Estados Unidos y sus aliados
China está ampliando significativamente su presencia militar en el Pacífico mediante el despliegue de barcos y aviones hacia nuevas áreas estratégicas. Estos movimientos han generado una respuesta inmediata de Estados Unidos, que busca fortalecer sus alianzas y capacidades defensivas en la región.
Las autoridades chinas han manifestado que consideran las acciones conjuntas de Washington con sus aliados como una interferencia en sus intereses regionales, lo que ha impulsado a Pekín a extender su influencia más allá de sus límites tradicionales. Según reporta el Wall Street Journal, esta expansión incluye operaciones dentro y fuera de la llamada “primera cadena de islas”, que abarca territorios clave como Japón, Taiwán y Filipinas.
En los últimos años, China ha incrementado sus actividades militares alrededor de Taiwán y en zonas disputadas del Mar de China Meridional, Oriental y Amarillo. La isla autónoma de Taiwán, con más de 23 millones de habitantes, es reclamada por Pekín como parte de su territorio, generando tensiones constantes con las autoridades locales democráticamente elegidas. Analistas advierten que un mayor control chino en el Mar Amarillo podría facilitar maniobras militares para una eventual invasión.
Estados Unidos y sus aliados han respondido con ejercicios militares conjuntos y despliegues estratégicos, incluyendo la presencia de portaaviones y misiles destructores en áreas cercanas a Filipinas y Japón. Además, Washington ha instado a sus socios regionales a aumentar su gasto en defensa ante la amenaza que representa la expansión militar china. Sin embargo, algunos países muestran reservas frente a estas demandas.
El principal temor para Estados Unidos es que los movimientos militares chinos sean preparativos para una posible invasión de Taiwán. El comandante del Comando Indopacífico estadounidense ha calificado estas maniobras como ensayos para un conflicto armado. Mientras tanto, Pekín rechaza las acusaciones y critica los ejercicios estadounidenses como provocaciones que aumentan la tensión regional.