EE.UU. impone arancel del 17% a tomates frescos mexicanos para fortalecer producción nacional
El gobierno de Estados Unidos anunció el lunes la imposición inmediata de un arancel del 17% sobre la mayoría de los tomates frescos provenientes de México, luego de que las negociaciones para evitar esta medida concluyeran sin un acuerdo.
Esta decisión busca apoyar a la industria estadounidense del tomate, que ha ido disminuyendo, y garantizar que una mayor proporción del producto consumido en el país sea cultivado localmente. Actualmente, México abastece cerca del 70% del mercado estadounidense de tomates, cifra que ha aumentado desde el 30% registrado hace dos décadas, según datos de la Florida Tomato Exchange.
Robert Guenther, vicepresidente ejecutivo de esta organización comercial, calificó el arancel como “una gran victoria para los agricultores estadounidenses y la agricultura nacional”.
No obstante, críticos advierten que esta medida encarecerá los tomates para los consumidores en EE.UU. Los invernaderos mexicanos se especializan en variedades como tomates maduros en rama, mientras que en Florida predominan los cultivos al aire libre con frutos recogidos verdes.
Lance Jungmeyer, presidente de la Fresh Produce Association of the Americas, que representa a importadores de tomates mexicanos, expresó su preocupación porque los consumidores tendrán menos variedad y deberán pagar un “impuesto” por productos preferidos como tomates en rama, uva, Roma y cóctel.
Expertos como Tim Richards, profesor de agronegocios en Arizona State University, estiman que el precio minorista de los tomates podría subir alrededor de un 8.5% debido al arancel. Por su parte, Jacob Jensen, analista de políticas comerciales en el American Action Forum, indicó que regiones con mayor dependencia de tomates mexicanos podrían experimentar aumentos cercanos al 10%, mientras otras zonas tendrían incrementos más moderados.
Este gravamen surge a raíz de una antigua disputa comercial sobre las exportaciones mexicanas de tomate y es independiente del arancel base del 30% aplicado recientemente a productos mexicanos y europeos por parte del gobierno del expresidente Donald Trump.
En abril pasado, el Departamento de Comercio estadounidense anunció su retiro del acuerdo alcanzado en 2019 con México para resolver denuncias por prácticas de dumping relacionadas con la exportación de tomates a precios artificialmente bajos. Este pacto establecía precios mínimos y otras regulaciones para las exportaciones mexicanas y había sido renovado periódicamente para evitar aranceles.
La decisión se fundamenta en numerosas solicitudes recibidas por parte de agricultores estadounidenses que demandaban mayor protección frente a las importaciones mexicanas. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, afirmó que esta medida responde a políticas comerciales orientadas a defender a los productores nacionales.
Sin embargo, organizaciones como la Cámara de Comercio de EE.UU. y la Asociación Nacional de Restaurantes solicitaron mantener el acuerdo vigente. Asimismo, gobernadores como Greg Abbott (Texas) y Katie Hobbs (Arizona) expresaron su oposición al retiro del pacto.
En una carta dirigida a Lutnick, la Cámara de Comercio junto con otras 30 agrupaciones empresariales destacaron que las importaciones mexicanas generan empleo para 50.000 trabajadores y aportan beneficios económicos valorados en 8.300 millones de dólares al país. Advirtieron además sobre posibles represalias comerciales que podrían afectar otros sectores agrícolas estadounidenses ante esta ruptura.