Albemarle advierte sobre impactos en Salar de Atacama y propone nuevas tecnologías para la extracción de litio
Albemarle, una de las principales empresas productoras de litio en el mundo y competidora de SQM en el mercado chileno, ha elevado su voz respecto a los problemas ambientales que afectan al salar de Atacama. La compañía solicitó formalmente una revisión de sus permisos ambientales ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), alertando sobre la caída en los niveles de salmuera y la posible influencia del cono de depresión en las lagunas La Punta y La Brava.
Según la empresa, estos cambios en el ecosistema acuífero son resultado de múltiples factores, entre ellos el uso intensivo del agua para procesos industriales, las condiciones climáticas variables y las precipitaciones estacionales. Albemarle subraya que el equilibrio del salar es delicado y que es fundamental adoptar tecnologías más eficientes para reducir el impacto ambiental. En particular, promueve la implementación de la tecnología de Extracción Directa de Litio (DLE), que lleva años investigando y desarrollando para minimizar el consumo de agua y preservar los recursos naturales.
En su informe, la firma detalla que en el sistema lagunar La Punta-La Brava se evidencian descensos sostenidos en los niveles freáticos, asociados a extracciones en zonas altas del acuífero. Además, señala que las operaciones realizadas desde los años noventa han contribuido a la formación de un cono de depresión que afecta la zona. Para ello, ha utilizado modelos ambientales comparativos con estudios previos, concluyendo que los efectos combinados del uso industrial y las variaciones climáticas generan oscilaciones en los niveles acuíferos.
Mientras tanto, Albemarle continúa con estudios para entender mejor estos fenómenos y espera que su solicitud de revisión sea evaluada por las autoridades ambientales. La compañía también enfrenta investigaciones por posibles daños ambientales en el salar, tras diligencias realizadas por la Fiscalía en sus instalaciones. La situación ha puesto en evidencia la tensión entre la actividad minera y la protección del ecosistema del Salar de Atacama, uno de los más importantes a nivel mundial.