Chile impulsa la electromovilidad para un transporte de carga más sostenible
El transporte terrestre de carga en Chile representa un alto consumo energético y una significativa fuente de emisiones de gases de efecto invernadero. Según el subsecretario de Energía, Luis Felipe Ramos, este sector consume cerca del 29,4% de la energía nacional y contribuye con el 22,6% de las emisiones totales del país, cifras que evidencian la urgencia de implementar soluciones sostenibles.
En respuesta a esta problemática, el Ministerio de Energía ha desarrollado la “Estrategia Nacional de Electromovilidad”, que contempla que para 2050 el 40% de los vehículos particulares y la totalidad del transporte público urbano sean eléctricos. Esta iniciativa busca contribuir con cerca del 20% a la reducción nacional de dióxido de carbono y avanzar hacia la carbono neutralidad.
Varias empresas nacionales ya están incorporando camiones eléctricos en sus flotas como parte de esta transición energética. Un ejemplo destacado es el acuerdo entre Sotraser y la compañía danesa A.P. Moller-Maersk para integrar vehículos eléctricos en sus operaciones logísticas. Alexis Rodríguez, director regional de Maersk, valoró el liderazgo chileno en Latinoamérica en materia de transición energética para equipos pesados.
A nivel internacional, China lidera el mercado global con más de once millones de vehículos eléctricos vendidos y un récord en ventas de camiones y autobuses cero emisiones. En Latinoamérica, Brasil destaca con más de 152 mil vehículos electrificados y la introducción del primer camión eléctrico fabricado localmente, el Volkswagen e-Delivery.
No obstante, la adopción masiva enfrenta desafíos importantes como el alto costo inicial y la limitada infraestructura de carga eléctrica en Chile. Actualmente, más del 66% de los cargadores públicos se concentran en la región Metropolitana, dejando amplias zonas sin acceso a esta tecnología. Esta realidad limita la expansión rápida del transporte eléctrico a nivel nacional.
En conclusión, aunque quedan obstáculos por superar, la electromovilidad comienza a consolidarse como una vía clave para modernizar el transporte terrestre chileno hacia un modelo más eficiente y respetuoso con el medio ambiente frente a las exigencias climáticas actuales.