Complejo nuclear subterráneo de Fordo en Irán, un desafío para la seguridad regional
En las cercanías de Qom, al suroeste de Teherán, se encuentra un complejo nuclear subterráneo que ha sido foco de atención internacional desde su revelación en 2009. Construido en una zona montañosa, este sitio está diseñado para resistir ataques aéreos y mantener en secreto las actividades que allí se realizan.
El complejo de Fordo alberga miles de centrifugadoras y se estima que sus principales salas se encuentran a profundidades superiores a los 80 metros, lo que dificulta enormemente su destrucción mediante bombardeos convencionales. La protección de esta instalación responde a las amenazas que Irán percibe por posibles ataques militares y a su interés en mantener un programa nuclear que, según Estados Unidos e Israel, podría tener fines armamentísticos.
Desde 2009, diversos países han denunciado la existencia de este complejo y han alertado sobre su potencial militar. La tensión aumentó tras la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear en 2018 y la divulgación por parte de Israel de archivos que evidencian avances en el enriquecimiento de uranio. Aunque Teherán asegura que su programa es exclusivamente civil, las inquietudes persisten ante el incremento en la producción de uranio altamente enriquecido.
Expertos militares coinciden en que destruir Fordo desde el aire sería casi imposible sin la ayuda de Estados Unidos. Las bombas especializadas, como la GBU-57, podrían penetrar las defensas del sitio, pero requerirían múltiples impactos para garantizar la destrucción total. La participación estadounidense sería clave para facilitar ataques con capacidad suficiente para neutralizar esta instalación estratégica.