Congreso republicano busca recortar 9 mil millones de dólares en ayuda internacional y medios públicos
El Congreso estadounidense, bajo control republicano, intenta aprobar un proyecto que recorta cerca de 9 mil millones de dólares del presupuesto destinado a la radiodifusión pública y la ayuda internacional, tal como solicitó el presidente Donald Trump. Esta acción utiliza un mecanismo poco frecuente que permite al mandatario cancelar fondos previamente autorizados.
El Senado aprobó mayoritariamente la propuesta con un estrecho margen de 51 a 48 votos, pero debido a modificaciones realizadas, el proyecto debe volver a votarse en la Cámara de Representantes, donde ya había pasado en su versión inicial principalmente con apoyo republicano.
Entre los recortes destacados, se encuentra la eliminación de casi 1.100 millones de dólares al Corporation for Public Broadcasting, que representa toda la financiación prevista para los próximos dos años fiscales. Esta entidad distribuye más del 70% de esos recursos a más de 1.500 estaciones locales de radio y televisión pública, además de apoyar a organizaciones nacionales como NPR y PBS. El gobierno argumenta que estos medios tienen sesgo político y representan un gasto innecesario.
El impacto potencial sobre las estaciones locales ha generado inquietudes entre legisladores de ambos partidos. Por ejemplo, el senador Mike Rounds (R-S.D.) aseguró un acuerdo para redirigir fondos del Departamento del Interior hacia estaciones públicas indígenas en varios estados, aunque muchos consideran que esta medida no compensa las pérdidas generalizadas.
En cuanto a la ayuda exterior, el proyecto propone recortes cercanos a los 8.300 millones de dólares para programas que combaten el hambre, las enfermedades y promueven la estabilidad global. Tras enmiendas en el Senado, se redujo el recorte a aproximadamente 7.900 millones, preservando fondos para PEPFAR, un programa emblemático contra el VIH/SIDA iniciado bajo George W. Bush.
Los recortes afectan áreas clave como salud global, refugio y saneamiento para desplazados, fortalecimiento económico y democrático en países estratégicos, asistencia humanitaria ante desastres naturales y conflictos, así como misiones internacionales de mantenimiento de paz. La administración sostiene que eliminar ciertos financiamientos internacionales incentivará mayor eficiencia y priorizará a los contribuyentes estadounidenses.