Crecen las críticas a Zelensky por medidas que podrían consolidar un liderazgo autoritario en Ucrania
Esta semana, Ucrania vivió sus primeras protestas masivas desde el inicio de la invasión rusa en 2022, motivadas por la firma de una polémica ley que subordinaba las agencias anticorrupción a la Fiscalía General, cargo designado directamente por el presidente Volodymyr Zelensky. La medida fue interpretada como un intento de centralizar el poder y debilitar la independencia institucional.
Tras la presión social y críticas internas y externas, Zelensky revocó la legislación y aprobó un nuevo proyecto que, según afirmó, garantiza la autonomía de los organismos anticorrupción. Sin embargo, esta crisis política evidenció acusaciones de sectores políticos, activistas y diplomáticos sobre una deriva autoritaria del mandatario, quien habría utilizado facultades especiales bajo la ley marcial para limitar voces disidentes y favorecer a aliados cercanos.
Entre los casos más polémicos destaca la investigación contra el reconocido activista anticorrupción Vitaliy Shabunin por presunta evasión del servicio militar, acusación que él niega y considera un mecanismo para amedrentar a críticos. Paralelamente, se registraron allanamientos contra exfuncionarios como Oleksandr Kubrakov bajo cargos relacionados con corrupción, hechos que han sido denunciados como persecución política sin garantías procesales.
El clima político se agrava ante sanciones impuestas al ex presidente Petro Poroshenko, rival histórico de Zelensky, quien enfrenta congelamiento de bienes e impedimentos para participar en elecciones. Encuestas recientes reflejan una división en la percepción ciudadana sobre el rumbo democrático del país, con un aumento significativo de quienes creen que Ucrania se orienta hacia el autoritarismo. Expertos y figuras públicas han expresado preocupación por la concentración del poder en funcionarios no electos cercanos al presidente y por restricciones crecientes a la libertad de expresión y medios independientes.