Denunciante anónimo en Chile: cómo funciona su protección y recompensas en casos de evasión y delitos financieros
En el marco de las estrategias para combatir la evasión tributaria, la informalidad, el comercio ilícito y el crimen organizado, el Servicio de Impuestos Internos (SII) y la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) han establecido los lineamientos sobre la figura del denunciante anónimo. Esta figura contempla tanto la protección de la identidad como posibles incentivos para quienes entregan información relevante.
Según las normativas vigentes tras la aprobación de la Ley de Cumplimiento de Obligaciones Tributarias en septiembre de 2024, quienes deseen obtener la calidad de denunciante anónimo deben manifestar expresamente su intención y colaborar aportando antecedentes sustanciales, precisos, veraces, comprobables y desconocidos hasta entonces para facilitar las investigaciones. Sin embargo, no podrán acceder a esta condición quienes hayan participado en las conductas denunciadas o sean víctimas directas.
La CMF advierte que proporcionar información falsa o fraudulenta con el objetivo de obtener dicha calidad conlleva sanciones penales que incluyen presidio menor en sus grados mínimo a medio y multas económicas. Asimismo, se garantiza el secreto sobre la identidad del denunciante salvo que este renuncie voluntariamente al anonimato, lo que implica también perder cualquier derecho a una eventual retribución. Además, todas las personas vinculadas a las entidades receptoras deben mantener confidencialidad sobre la identidad del denunciante.
De acuerdo con datos entregados por la CMF en su última cuenta pública, durante 2024 se recibieron 345 denuncias externas y 73 internas. Desde la implementación de la figura del denunciante anónimo en 2021 hasta finales de 2024, se contabilizaron 99 solicitudes con pagos totales que alcanzaron las 11.160 unidades de fomento (UF) a quienes obtuvieron esta condición.