El Salvador intensifica la represión contra críticos bajo influencia de la política de Trump
En los últimos días, el gobierno de El Salvador ha implementado una ola de acciones judiciales y policiales dirigidas a silenciar a críticos y defensores de derechos humanos. La detención del abogado Enrique Anaya, conocido por su oposición al presidente Nayib Bukele, ha generado preocupación internacional, especialmente tras acusaciones sin pruebas de lavado de dinero. Anaya, quien había cuestionado públicamente las políticas del mandatario, ahora enfrenta un proceso que muchos consideran una represalia por su postura crítica.
Este aumento en la represión coincide con la consolidación del control político de Bukele, quien ha logrado dominar los tres poderes del Estado y modificó leyes para perpetuarse en el poder. La alianza con Estados Unidos, particularmente con la administración de Donald Trump, parece haber fortalecido su posición, ya que el gobierno estadounidense ha evitado condenar las acciones autoritarias y ha mantenido una postura ambigua respecto a las violaciones de derechos en el país centroamericano. La comunidad internacional expresa su inquietud por la tendencia autoritaria que se profundiza en El Salvador, donde la libertad de expresión y el derecho a la protesta están siendo severamente restringidos.
Organizaciones defensoras advierten que esta política represiva puede tener consecuencias graves para la democracia salvadoreña. La persecución a periodistas críticos y activistas ha llevado al exilio a varios profesionales que temen ser arrestados o incluso sufrir violencia. Mientras tanto, las autoridades continúan justificando sus acciones bajo el argumento de mantener el orden y luchar contra las pandillas, aunque sin garantías claras para los derechos fundamentales. La situación plantea un escenario preocupante para el futuro democrático del país.