Empleados de la EPA expresan disenso público frente a políticas ambientales del gobierno Trump
Un grupo significativo de empleados de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) emitió una declaración pública de desacuerdo con las políticas implementadas durante el gobierno de Donald Trump, argumentando que dichas acciones comprometen gravemente la misión fundamental del organismo: salvaguardar la salud pública y el entorno natural.
La carta, firmada por más de 170 trabajadores del organismo y apoyada anónimamente por aproximadamente un centenar más, incluidos 20 laureados con el Premio Nobel, denuncia una serie de decisiones que debilitan el financiamiento y el respaldo federal a la ciencia ambiental, climática y sanitaria. Esta iniciativa refleja una postura crítica poco habitual entre funcionarios que temen represalias por expresar su oposición.
Entre las principales preocupaciones manifestadas destacan la pérdida de confianza pública, el desprecio por el consenso científico en favor de intereses contaminantes, la reversión de avances en comunidades vulnerables, la desarticulación de la Oficina de Investigación y Desarrollo, y un clima laboral marcado por el temor a represalias. La administración actual ha recortado presupuestos destinados a mejoras ambientales en comunidades minoritarias y busca eliminar regulaciones clave para controlar emisiones nocivas y proteger áreas naturales.
Expertos como Carol Greider, ganadora del Nobel y firmante del documento, advierten sobre las consecuencias directas en la salud pública derivadas del debilitamiento científico en la EPA. La declaración busca reorientar al organismo hacia su propósito original, enfatizando que su relevancia es vital para quienes dependen del aire limpio y agua segura. Este acto conjunto se suma a movimientos similares realizados recientemente por científicos del Instituto Nacional de Salud (NIH), evidenciando una creciente preocupación dentro del sector científico sobre las políticas ambientales vigentes.