Estados Unidos recauda casi US$50.000 millones en aranceles mientras socios comerciales evitan represalias
Desde el inicio de la guerra comercial declarada por el presidente Donald Trump hace cuatro meses, Estados Unidos ha logrado recaudar cerca de US$50.000 millones adicionales en ingresos aduaneros gracias a los aranceles impuestos a diversos productos importados. Según datos del Departamento del Tesoro, durante el segundo trimestre de 2025 los ingresos por derechos de aduana alcanzaron un récord de US$64.000 millones, un aumento significativo respecto al mismo período del año anterior.
En contraste, las represalias de los socios comerciales han sido limitadas. Solo China y Canadá han impuesto aranceles en respuesta, pero estos no han logrado contrarrestar el impacto financiero para Estados Unidos. Mientras tanto, otros países y bloques como la Unión Europea han optado por postergar la implementación de contraaranceles, priorizando la negociación y evitando confrontaciones directas con Washington ante las amenazas de aumentos arancelarios más severos.
Expertos en cadenas de suministro señalan que las marcas internacionales están buscando estrategias para minimizar el impacto de los aranceles en sus precios globales, distribuyendo los costos para evitar fuertes incrementos en el mercado estadounidense. A pesar de la magnitud histórica de estos gravámenes, la falta de una respuesta coordinada a nivel global ha impedido una escalada que podría afectar gravemente el comercio internacional.
El contexto político y económico también influye en esta cautela internacional. La posición dominante de Estados Unidos como mayor mercado consumidor y las complejas relaciones diplomáticas, especialmente con Europa y Canadá, hacen que muchos países prioricen acuerdos y diálogo antes que represalias económicas directas. Esta dinámica ha permitido a Trump mantener presión sobre socios individuales sin enfrentar una resistencia global unificada.