La incidencia de las incivilidades en el desarrollo social y económico en Chile
Las conductas que violan normas sociales, conocidas como incivilidades, representan un obstáculo importante para el avance social y económico en Chile. Según el economista y sociólogo Jorge Fábrega, estas transgresiones, aunque a simple vista puedan parecer menores, tienen un impacto profundo en la confianza mutua y en la calidad de vida urbana.
Fábrega explica que las incivilidades se dividen en dos categorías: aquellas que violan normas ampliamente aceptadas, como un ciclista que se desplaza por la vereda, y otras que surgen en contextos donde no existe un consenso claro sobre qué es aceptable. En este último caso, las tensiones aumentan cuando diferentes grupos comparten un espacio público sin acuerdos previos, generando conflictos y deterioro del entorno.
El académico destaca que estas conductas incrementan los costos de transacción en la sociedad, dificultando la colaboración y el desarrollo de una convivencia armoniosa. La percepción de impunidad y la difusión rápida de incidentes a través de redes sociales agravan la situación, creando un círculo vicioso donde la inseguridad y el deterioro urbano se refuerzan mutuamente.
Además, Fábrega señala que las incivilidades afectan directamente la economía local. La acumulación de transgresiones en zonas específicas provoca un deterioro del valor del suelo, reduce las inversiones y limita las oportunidades laborales para quienes habitan esos lugares. La desconfianza también impide aprovechar talentos y genera costos adicionales en mecanismos de protección y regulación social.
Por ello, el experto sostiene que reducir las incivilidades es fundamental para promover el crecimiento sostenido. Invertir en mejoras urbanas y fortalecer la autoridad social puede generar un efecto positivo en la percepción de seguridad y facilitar el desarrollo integral del país. La relación entre civismo y progreso es bidireccional: mejorar uno impulsa al otro, creando un ciclo virtuoso.
En conclusión, las conductas incívicas no solo afectan el orden público sino que también representan una traba significativa para el crecimiento económico y social de Chile. Superar este desafío requiere cambios en las prácticas sociales y una acción coordinada desde las instituciones públicas para construir espacios más confiables y seguros para todos.