La ONU advierte que la violencia en Myanmar conduce al país hacia su autodestrucción
La enviada especial de las Naciones Unidas para Myanmar, Julie Bishop, advirtió que la nación asiática se encuentra en un camino peligroso que podría llevarla a su propia destrucción si no se logra poner fin a la violencia que azota el país. En su intervención ante la Asamblea General, Bishop resaltó que, a pesar de los esfuerzos por alcanzar ceses al fuego, estos no han sido respetados y la crisis humanitaria se ha profundizado, sumando los daños ocasionados por un fuerte terremoto en marzo pasado.
Desde el golpe militar de febrero de 2021, Myanmar ha experimentado una escalada en los enfrentamientos armados, con miles de civiles y combatientes heridos o muertos. La resistencia civil y las guerrillas étnicas continúan luchando contra las fuerzas militares, mientras que más de 22,000 personas permanecen en prisión política, incluyendo a la exlíder Aung San Suu Kyi. La situación política se ve marcada por una división profunda y una falta de acuerdo sobre cómo avanzar hacia una solución pacífica.
Bishop también expresó su preocupación por la situación de la minoría Rohingya en el estado Rakhine, donde la pobreza y los enfrentamientos armados persisten. La comunidad Rohingya enfrenta discriminación sistemática y restricciones de derechos básicos, tras haber sido desplazada masivamente desde 2017. La representante de la ONU destacó la importancia de un próximo encuentro internacional para buscar soluciones duraderas a esta crisis humanitaria y promover un diálogo político inclusivo en Myanmar.