La pesca en Chile enfrenta el desafío de superar el cortoplacismo industrial
En las últimas décadas, la industria pesquera chilena ha priorizado la extracción intensiva con miras a maximizar ingresos y empleo en el corto plazo. Sin embargo, esta estrategia ha descuidado la conservación de la biomasa necesaria para mantener la actividad sostenible, provocando ciclos recurrentes de auge y caída que afectan tanto a los trabajadores como a las comunidades involucradas.
Desde fines de los años setenta, esta orientación extractiva ha impactado negativamente en la estabilidad laboral y en la distribución equitativa de las ganancias, erosionando las bases del Estado de Bienestar que apoyaba inversiones industriales a largo plazo. Actualmente, el sector muestra un crecimiento limitado, con un bajo desarrollo hacia productos de mayor valor agregado y una concentración en pocos productos exportables.
Un ejemplo claro se observa en la Región del Biobío, donde empresas como Huachipato han sido desplazadas por actividades mineras, y Pacific Blu anuncia su cierre debido a dificultades financieras vinculadas a la regulación vigente y al agotamiento del modelo extractivo. Esto evidencia la urgencia de reorientar el sector hacia una industria que promueva estabilidad para trabajadores, beneficios sostenibles para las empresas y respeto por el entorno ambiental.
Para avanzar hacia un modelo pesquero sostenible es fundamental adoptar una visión integral que asegure ingresos dignos, participación comunitaria y planificación a largo plazo. Persistir en prácticas cortoplacistas solo profundizará las crisis sociales y económicas asociadas. Es momento de repensar el rumbo para garantizar un futuro viable para todos los actores involucrados en esta actividad estratégica para Chile.