Lecciones de la expansión masiva de la Patrulla Fronteriza en EE.UU. ante el crecimiento de ICE
En 2006, altos funcionarios de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos estimaron que contratar a 6.000 agentes adicionales, un aumento del 50% en su fuerza laboral, tomaría alrededor de cinco años. Sin embargo, bajo la presión política, se les dio un plazo mucho más corto, de dos años y medio. Esta experiencia histórica cobra relevancia ahora que la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) planea incorporar 10.000 empleados en los próximos cinco años para apoyar las políticas migratorias del gobierno.
Durante la expansión acelerada de la Patrulla Fronteriza entre 2005 y 2011, que casi duplicó su plantilla, se implementaron estrategias intensivas de reclutamiento como publicidad en eventos deportivos y ferias laborales alejadas de la frontera. No obstante, para cumplir con los objetivos se flexibilizaron requisitos de contratación y formación, lo que derivó en un aumento significativo de casos de mala conducta y corrupción entre agentes, así como una elevada tasa de deserción durante el entrenamiento.
Expertos advierten que acelerar el crecimiento sin mantener rigurosos estándares puede afectar negativamente la percepción pública y la eficacia operativa. ICE recibirá un presupuesto récord cercano a los 77.000 millones de dólares para ampliar su personal y capacidades, pero especialistas señalan que incorporar tantos agentes en poco tiempo representa desafíos logísticos y riesgos institucionales similares a los enfrentados por la Patrulla Fronteriza.
Mientras tanto, organizaciones defensoras de derechos humanos alertan sobre posibles abusos derivados de políticas migratorias que priorizan arrestos masivos sin distinción clara entre personas con antecedentes criminales y otras. La experiencia pasada subraya la importancia de establecer criterios claros y mantener controles estrictos para evitar problemas internos y proteger tanto a los agentes como a las comunidades afectadas.