PUNTOUNO

Durante la campaña presidencial de 1989, cuando la derecha anticipaba perder el poder tras 17 años de dictadura, Hernán Büchi propuso a ex ministros de Pinochet crear una instancia destinada a defender y proyectar las reformas económicas implementadas por el régimen militar. Así, a fines de marzo de 1990, poco después del inicio del gobierno democrático de Patricio Aylwin, nació Libertad y Desarrollo (LyD), con el respaldo del último ministro del Interior de Pinochet, Carlos Cáceres.

Cáceres, ingeniero comercial con formación internacional y experiencia en cargos clave durante la dictadura, asumió la presidencia del directorio de LyD. La organización se planteó como un organismo independiente que promoviera las ideas de libertad económica y política, orientando la sociedad hacia los valores del modelo neoliberal impuesto por el régimen militar. Este centro se convirtió en un espacio estratégico para que la derecha chilena diera “la batalla de las ideas” desde fuera del poder Ejecutivo.

LyD reunió a destacados ex funcionarios del régimen militar, incluyendo a Hernán Felipe Errázuriz y Patricia Matte, además de intelectuales vinculados al empresariado y partidos políticos como la UDI y Renovación Nacional. Su estructura se organizó en programas económicos, sociales, políticos e internacionales que le permitieron influir en políticas públicas y debates legislativos durante las décadas siguientes.

El lema “la batalla de las ideas” fue promovido insistentemente por Carlos Cáceres, quien destacó la necesidad permanente de defender el modelo neoliberal en una sociedad democrática. Con el tiempo, LyD se consolidó como un referente conservador que formó cuadros técnicos y políticos para gobiernos posteriores, especialmente durante las administraciones de Sebastián Piñera. Así, esta institución ha mantenido su rol activo en el escenario político chileno, buscando perpetuar los principios económicos y sociales heredados de la dictadura.