Mercado negro de chips de IA de Nvidia en China supera los mil millones de dólares pese a restricciones de EE.UU.
En los tres meses posteriores a la implementación de controles más estrictos sobre la exportación de chips por parte del gobierno estadounidense, al menos mil millones de dólares en procesadores avanzados de inteligencia artificial (IA) de Nvidia fueron introducidos ilegalmente en China. Esta situación pone en evidencia las limitaciones que enfrentan las autoridades norteamericanas para contener el desarrollo tecnológico chino.
Un análisis realizado por el Financial Times, basado en contratos, documentos corporativos y testimonios directos, reveló que el chip B200 de Nvidia se ha convertido en el componente más demandado y disponible dentro del mercado negro chino. Este procesador, utilizado por gigantes tecnológicos estadounidenses como OpenAI, Google y Meta para entrenar sus sistemas de IA más sofisticados, tiene prohibida su venta directa a China.
Distribuidores ubicados en provincias chinas como Guangdong, Zhejiang y Anhui han comercializado chips B200 y otros modelos restringidos como H100 y H200 a proveedores de centros de datos vinculados con grupos chinos dedicados a la inteligencia artificial. Aunque la legislación china permite la recepción y venta de estos chips pagando los aranceles correspondientes, las entidades estadounidenses que exportan estos productos estarían incumpliendo la normativa vigente.
Entre los principales actores del mercado negro destaca una empresa llamada “Puerta de la Era”, fundada recientemente en Anhui, que ha vendido aproximadamente 400 millones de dólares en racks ensamblados con chips B200. Estos racks, que contienen ocho procesadores cada uno junto con componentes y software necesarios para su conexión directa a centros de datos, se comercializan en China con precios que superan en un 50% los valores promedio en Estados Unidos.
Empresas estadounidenses como Supermicro, Dell y Asus, cuyos productos aparecen en este mercado clandestino, han declarado no tener conocimiento ni participación en estas ventas ilegales y aseguran cumplir estrictamente con las regulaciones estadounidenses sobre control de exportaciones. Sin embargo, operadores chinos señalan que los controles solo generan ineficiencias y beneficios para intermediarios dispuestos a asumir riesgos.
El Departamento de Comercio estadounidense evalúa ampliar las restricciones hacia países del sudeste asiático como Tailandia para frenar rutas indirectas usadas por intermediarios chinos. A pesar de ello, expertos indican que siempre surgirán nuevas vías para el ingreso de estos chips debido a las altas ganancias involucradas.