Ministro Marcel enfrenta críticas internas y defiende al director del SII en medio de proyectos controvertidos
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, atraviesa un momento complejo dentro del Gobierno debido a la escasa adhesión que recibe por parte de su propia coalición ante temas clave como la eliminación de la Unidad de Fomento (UF) y la defensa pública del director del Servicio de Impuestos Internos (SII), Javier Etcheberry. Mientras Marcel advierte sobre los riesgos que implicaría suprimir la UF para el crédito hipotecario y otros sectores, parlamentarios socialistas defienden su autonomía para impulsar propuestas propias, aunque sin coincidir plenamente con el titular de Hacienda.
Además de la controversia por la UF, el ministro enfrenta desafíos derivados de otras iniciativas que avanzan en el Congreso, entre ellas un proyecto del Partido Comunista para eliminar el tope de 11 años en las indemnizaciones por años de servicio y una impugnación oficialista ante el Tribunal Constitucional sobre permisos sectoriales, que ha generado tensiones internas. En paralelo, crece la presión por un posible nuevo retiro de fondos previsionales promovido por la diputada Pamela Jiles en vísperas de las elecciones.
En cuanto a la polémica en torno a Javier Etcheberry, cuestionado por no haber pagado contribuciones durante nueve años por una propiedad no regularizada, el único respaldo explícito dentro del Ejecutivo ha sido el del ministro Marcel. Este calificó como “plausible” la explicación entregada por Etcheberry sobre las dificultades para actualizar avalúos en el sistema tributario chileno. Sin embargo, desde otros sectores oficialistas, incluida la ministra Secretaria General de Gobierno Camila Vallejo y la candidata presidencial Jeannette Jara, se han expresado críticas y llamados a que Etcheberry renuncie.
La falta de apoyo interno para Marcel se profundiza con la ausencia de respaldo de la exministra del Interior Carolina Tohá, quien hasta hace poco fue una aliada cercana del Presidente Gabriel Boric. Esta situación refleja un escenario tenso en La Moneda donde el ministro de Hacienda debe navegar entre las discrepancias partidarias y una ola creciente de propuestas legislativas consideradas populistas que podrían afectar la agenda económica del Ejecutivo.