ONU alerta sobre sequías extremas que agravan la crisis alimentaria y ambiental global
El mundo enfrenta desde 2023 algunas de las sequías más severas de la historia reciente, según un informe presentado por la ONU que vincula este fenómeno con el cambio climático y la sobreexplotación de tierras y recursos hídricos. El estudio “Puntos calientes de la sequía en el mundo 2023-2025”, elaborado por el Centro Nacional de Mitigación de Sequías (NDMC) de Estados Unidos y la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (CNULD), detalla cómo estas condiciones extremas intensifican problemas como la pobreza, el hambre, la inseguridad energética y el deterioro ambiental.
En África oriental y meridional, más de 90 millones de personas sufren hambre aguda debido a sequías históricas que han devastado cultivos y ganado. Países como Zimbabue han visto una caída del 70% en su producción de maíz en 2024, mientras que Somalia enfrentó miles de muertes relacionadas con la falta de alimentos. La crisis alimentaria afecta también a otras regiones: en España, dos años consecutivos de sequía redujeron a la mitad la cosecha de aceitunas, disparando los precios del aceite; Turquía enfrenta problemas con el agotamiento de acuíferos que amenazan infraestructuras; y América Latina reporta impactos significativos en el Amazonas y en el Canal de Panamá, donde los bajos niveles de agua han provocado interrupciones comerciales globales.
El Sudeste Asiático no escapa a esta realidad, con interrupciones en cultivos esenciales como arroz, café y azúcar, lo que ha contribuido a aumentos notables en los precios internacionales. Expertos como Ibrahim Thiaw, Secretario Ejecutivo de la CNULD, subrayan que la sequía es un “asesino silencioso” que requiere cooperación global urgente para evitar el colapso social derivado de la simultánea escasez de agua, alimentos y energía.
El informe también señala que el fenómeno climático El Niño 2023-2024 exacerbó las condiciones adversas provocadas por el cambio climático, creando una “tormenta perfecta” para las regiones ya vulnerables. Investigadores alertan sobre el incremento exponencial del costo económico asociado a las sequías y enfatizan que este fenómeno no es solo meteorológico sino una crisis social, económica y ambiental que exige preparación y voluntad política para mitigar sus efectos.