Ozzy Osbourne y Black Sabbath se despiden en un emotivo concierto con grandes estrellas del rock
El emblemático Ozzy Osbourne, conocido como el príncipe de las tinieblas y pionero del metal, ofreció su último concierto en Birmingham el pasado sábado 5, marcando el fin de una era en la música rock. Debido a sus problemas de salud, Osbourne interpretó sus canciones desde una silla especialmente decorada, presentando dos sets: uno dedicado a sus éxitos solistas de los años 80 y otro junto a la formación original de Black Sabbath.
El evento, realizado en Villa Park, reunió a figuras destacadas del heavy metal y el rock alternativo que han reconocido la influencia de Sabbath y Ozzy en su trayectoria. Entre los artistas invitados se encontraban Metallica, Guns N’ Roses, Slayer, Alice in Chains, Tool y Billy Corgan de Smashing Pumpkins, así como bandas clásicas como Anthrax y Pantera, y representantes más recientes como Gojira.
Las actuaciones consistieron en breves sets donde las bandas combinaron sus propios temas con versiones de canciones clásicas de Ozzy y Black Sabbath. Metallica interpretó “Hole in the Sky” y “Johnny Blade”, mientras Guns N’ Roses presentó temas como “It’s Alright” y “Never Say Die”. Aunque la duración corta de los sets generó críticas por limitar el desarrollo musical, la energía y el respeto hacia los homenajeados fueron evidentes durante toda la jornada.
En su set solista final, Osbourne entregó una actuación memorable con canciones emblemáticas como “I Don’t Know”, “Suicide Solution”, “Mama I’m Coming Home” y cerró con el icónico “Crazy Train”, acompañado en pantalla por imágenes de Randy Rhoads. Sin embargo, el cierre con Black Sabbath fue breve: solo interpretaron cuatro temas clásicos —“War Pigs”, “N.I.B.”, “Iron Man” y “Paranoid”— pero la presencia del público y las estrellas invitadas otorgaron un marco digno para la despedida.
Antes de entonar la última canción, Ozzy se dirigió emocionado al público para agradecer el apoyo recibido durante décadas: “En nombre de Black Sabbath y mío propio, gracias por permitirnos vivir esta vida. Los queremos mucho”. Así culminó un evento que celebró no solo una carrera legendaria sino también la profunda huella que Ozzy Osbourne y Black Sabbath dejaron en la historia del rock.