Preocupación por recortes en Medicaid y ayudas alimentarias tras aprobación de nueva ley en EE.UU.
El Congreso estadounidense aprobó una controvertida ley que modifica los programas de Medicaid y asistencia alimentaria, imponiendo nuevas condiciones para mantener estos beneficios. Entre las principales medidas, se exige a los beneficiarios de Medicaid entre 19 y 64 años cumplir con un mínimo de 80 horas mensuales de trabajo, estudio o servicio comunitario. Esta norma afectará a aproximadamente 40 estados que adoptaron la expansión del programa desde 2014.
En paralelo, el programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) extenderá la obligación laboral para adultos entre 18 y 65 años, aunque se contemplan excepciones para cuidadores de niños menores de 14 años y otras circunstancias especiales. Sin embargo, expertos y usuarios advierten que estas medidas podrían dejar sin cobertura a millones, especialmente ante la complejidad de los procesos administrativos y las evaluaciones semestrales requeridas para mantener la elegibilidad.
Usuarios como Amanda Hinton expresan temor ante posibles pérdidas de beneficios debido a condiciones crónicas de salud que dificultan el cumplimiento laboral. Por otro lado, organizaciones defensoras de la salud pública señalan que la implementación de estos cambios implicará una carga administrativa significativa para los estados, quienes deberán adaptar sus sistemas informáticos y asumir mayores costos. Además, se prevé un impacto negativo en hospitales rurales debido a limitaciones en la financiación estatal.
La legislación también restringe fondos federales para organizaciones como Planned Parenthood, lo que podría provocar el cierre de clínicas que ofrecen servicios sanitarios esenciales. En conjunto, estas modificaciones plantean un escenario complejo para millones de estadounidenses que dependen de estos programas sociales.