PUNTOUNO

La propuesta de reforma tributaria enfocada en beneficiar a las pymes se encuentra en una situación crítica tras su ingreso al Congreso. El proyecto, que incluye medidas para apoyar a la clase media como la reducción de contribuciones para adultos mayores, subsidios al arriendo y un régimen tributario especial para pequeñas empresas, contempla un costo fiscal aproximado de 1.000 millones de dólares.

Para financiar estas medidas, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, ha propuesto tres compensaciones fiscales: limitar exenciones del impuesto de primera categoría para fondos de inversión, aplicar impuestos a herencias y donaciones, y restablecer impuestos personales a los tramos más altos de ingreso, retomando el esquema vigente hasta 2014. Sin embargo, esta última medida ha generado un rechazo contundente por parte de la oposición de derecha, que rechaza cualquier aumento en impuestos personales.

En medio del debate, Marcel expresó su frustración por el rechazo a reformas tributarias anteriores y cuestionó la postura opositora que busca evitar que los más ricos paguen más impuestos. La respuesta no se hizo esperar: diputados oficialistas manifestaron preocupaciones sobre los riesgos para las pymes al pasar al régimen transparente, mientras que parlamentarios de derecha calificaron el proyecto como populista y con objetivos ocultos.

El trámite legislativo también ha sufrido complicaciones debido a maniobras parlamentarias. Inicialmente previsto para ser revisado solo en la Comisión de Hacienda, el proyecto deberá pasar primero por la Comisión de Economía tras una solicitud del Partido Republicano, lo que generó tensiones con el oficialismo. En este contexto, representantes gremiales como Gianina Figueroa (Unapyme) han hecho un llamado al diálogo y consenso para atender las necesidades reales del sector pyme, mientras que otros actores expresan reservas respecto a aspectos específicos del proyecto, como la creación del “monotributo social”.