Tensiones entre Irán e Israel evidencian la reducción de la influencia rusa en Medio Oriente
La escalada de enfrentamientos entre Irán e Israel ha puesto en evidencia la disminución del poder de influencia de Rusia en Medio Oriente. Tras los ataques estadounidenses e israelíes a sitios nucleares iraníes, Moscú expresó su condena, calificando las acciones como una agresión injustificada, pero evitó proveer apoyo militar directo a Teherán.
Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en 2022, Rusia ha fortalecido sus vínculos con Irán, incluyendo el suministro de drones Shahed. Sin embargo, el acuerdo estratégico firmado en enero de 2025 no contempla una defensa mutua explícita, lo que ha generado decepción en Irán ante la falta de respaldo contundente frente a Israel y Estados Unidos.
Rusia también mantiene relaciones cautelosas con Israel, especialmente por intereses compartidos en Siria y la significativa comunidad rusa en territorio israelí. Además, Moscú busca preservar un diálogo fluido con Washington, beneficiándose del actual acercamiento diplomático bajo la administración Trump, que se muestra reticente a imponer nuevas sanciones severas contra Rusia.
A pesar de las limitaciones, el conflicto podría favorecer temporalmente a Rusia mediante el aumento del precio del petróleo y al desviar la atención internacional del conflicto ucraniano. Sin embargo, expertos advierten que la incapacidad rusa para apoyar eficazmente a Irán podría erosionar su reputación como aliado fiable en la región, afectando futuras alianzas con otros actores regionales como Egipto y Turquía.