Texas refuerza su influencia en el mundo empresarial con nuevas estrategias contra bancos y mercados
En un movimiento que refleja su creciente poder económico, Texas ha dado pasos decisivos para influir en el comportamiento de las corporaciones y las instituciones financieras internacionales. Tras retirar a BlackRock de una lista negra en 2022 por supuestas maniobras contra la industria petrolera, el estado anunció que permitirá a la mayor gestora de activos del mundo recuperar el acceso a fondos estatales valorados en 300 mil millones de dólares. Texas argumenta que esta postura ha llevado a BlackRock a reconsiderar su enfoque en inversiones ecológicas y sociales.
Además, Texas aspira a convertirse en un centro financiero con la apertura prevista de una Bolsa de Valores estatal en 2026, compitiendo directamente con centros tradicionales como Delaware y Nueva York. La iniciativa busca atraer a empresas y domicilios corporativos, aprovechando su entorno fiscal favorable y una legislación moderna que favorece a los ejecutivos sobre los accionistas. Estas acciones forman parte de un plan más amplio para consolidar la influencia del estado en el ámbito empresarial, promoviendo un modelo de gobernanza que limita las demandas judiciales y favorece decisiones ejecutivas.
El liderazgo estatal, encabezado por el gobernador Greg Abbott, afirma que estas medidas posicionan a Texas como el principal destino para hacer negocios en Estados Unidos. Sin embargo, algunos expertos advierten sobre posibles riesgos, como la percepción de un entorno demasiado favorable a los intereses corporativos y la posible disminución del atractivo del estado para ciertos inversionistas. Pese a ello, Texas continúa promoviendo reformas legales y económicas que buscan fortalecer su influencia frente a otros centros financieros tradicionales, consolidándose como una potencia empresarial con un enfoque contracorriente al nacional.