Tribunal responsabiliza a colegio por el suicidio de alumna y analiza protocolos contra el acoso escolar en Chile
El 16º Juzgado Civil de Santiago dictaminó que el colegio Nido de Águilas debe asumir responsabilidad por la muerte de Katy Winter, una adolescente que se quitó la vida en 2018 tras ser víctima de acoso escolar. La resolución se basa en el incumplimiento del establecimiento en mantener protocolos adecuados para abordar situaciones de bullying, lo que subraya la necesidad de fortalecer las medidas preventivas en las instituciones educativas del país.
Ante este fallo y el incremento en denuncias relacionadas con acoso escolar, la Superintendencia de Educación ha reiterado la obligatoriedad de contar con un conjunto de acciones y procedimientos claros. Entre ellas, la existencia de un Consejo Escolar o Comité de Convivencia, así como un encargado responsable de promover ambientes seguros y respetuosos. Además, los colegios deben integrar actividades preventivas en sus Planes de Gestión y Mejoramiento Educativo, fomentando la gestión colaborativa y la ciudadanía digital.
Asimismo, las instituciones deben disponer de un Reglamento Interno que incluya protocolos específicos para afrontar casos de violencia física o psicológica, detallando los pasos a seguir, los plazos y las personas responsables. Es fundamental también establecer canales efectivos de comunicación con padres, apoderados y adultos responsables, además de implementar medidas pedagógicas y psicosociales dirigidas a los estudiantes afectados. La promoción del autocontrol y habilidades para resolver conflictos son aspectos clave para reducir riesgos asociados a conductas autodestructivas.
La normativa también contempla procedimientos claros para denunciar ante las autoridades competentes cuando existan indicios de delitos relacionados con el acoso o violencia. La circular emitida en 2018 por la Superintendencia refuerza que los reglamentos internos deben incluir estrategias formativas, acciones para prevenir vulneraciones a derechos y protocolos específicos para manejar situaciones críticas, incluyendo casos de intentos suicidas. La implementación efectiva de estos lineamientos busca crear entornos escolares más seguros y resilientes para toda la comunidad educativa.